Un punto de inflexión en la práctica terapéutica nacional
Por Nicolás Riquoir
El libro “Filosofía, psicoanálisis y espiritualidad: La psicoterapia después de Heidegger y Lacan” encarna una propuesta lúcida, fundamentada y fascinante acerca de una nueva aproximación a la psicoterapia, si bien los temas esenciales de la vida que hace emerger de sus páginas han estado presentes desde hace al menos varios milenios. Con el foco puesto en lo que el autor denomina el “método no-reflexivo”, se realiza una revisión de varios autores y propuestas en diferentes ámbitos de la espiritualidad y el conocimiento humanos. Este recorrido no es trivial, sino que responde a las necesidades fundacionales de una revolución metodológica -si se me permite la osadía- en el ámbito de la psicoterapia, y aun de la forma de afrontar la vida.
Esta obra trae el frescor de los aires de la sensatez lúcida y ofrece un respiro ante la agobiante asfixia de la espiral sin sentido en la que históricamente se ha entrampado la psicoterapia. Y este es un problema para cuya detección no se necesita vasta experiencia en la disciplina. Es más, acaso el especialista sea ciego ante este inconveniente, mientras que el novato no puede sino verlo e inquietarse por él tras un primer atisbo. Se trata de una intuición cercana al sentido común, con la cual, sin embargo, la gran parte de los profesionales de la salud mental no logra dar. No obstante, no por elemental resulta de fácil aprehensión. Este es precisamente el mérito del autor: en este libro logra sistematizar y hacer patente, tanto a nivel teórico como práctico mediante ejemplos concretos, un método inédito que, de ser tomado en cuenta, podría representar un punto de inflexión en la práctica terapéutica nacional.