J.A. Miller y la psicoterapia no-reflexiva
Por Vicente García-Huidobro
Luego de varias décadas de avance en los últimos años el psicoanálisis lacaniano parece haber entrado, como dicen los analistas, en un cierto impasse. Al igual como sucedió con Lacan, los últimos cursos de J-A. Miller (2013; 2014) han comenzado a tener un tono de cierto cansancio y pesadumbre, que él mismo ratifica. La causa de esto se encontraría en el cuestionamiento radical que él ha estado realizando a la dirección de la práctica lacaniana en la actualidad.
En su seminario del año 2008-2009, titulado Sutilezas Analíticas, Miller abordó este problema a propósito del tema del Pase. El Pase es el mecanismo propuesto por Lacan para que un psicoanalista dé testimonio sobre qué consistió su propio fin de su análisis para así convertirse en Analista de Escuela. Sin embargo, éste es un tema que concierne, no sólo a qué es lo que se considera como un fin de análisis, sino también a cuál es la dirección de la práctica psicoanalítica desde su inicio o en su conjunto.
En su curso del 2008-9, Miller afirmaba que la doctrina clásica del Pase ha estado centrada en la noción lacaniana del sujeto supuesto saber. Desde esta perspectiva, la práctica psicoanalítica ha sido planteada como un ejercicio de construcción de un saber en torno al propio deseo (un saber acerca del fantasma) y de su posterior destitución. A propósito de esto, Miller afirmaba irónicamente: “De modo que al final del análisis el analizante está situado como sabiendo; es un sabio” (p. 127).
Frente a esta idea de la práctica psicoanalítica, Miller propuso una nueva dirección técnica centrada en la noción de satisfacción. Desde esta perspectiva, la pregunta conductora de un análisis no sería ¿qué significa? o ¿qué quiere decir? (lo que el paciente dice), sino ¿qué satisface? Esto implicaría sustituir la idea lacaniana del inconsciente transferencial por la del inconsciente real, que se encontraría en lo que Miller llama como la ultimísima enseñanza de Lacan (2013; 2014).
Estas propuestas realizadas por Miller son muy importantes, ya que implican un completo cambio en la dirección de la práctica lacaniana. Desde esta perspectiva, la técnica analítica no consistiría en una práctica de ampliación de algún tipo de saber acerca de sí mismo, sino en algo completamente distinto; tal como nosotros lo proponemos desde nuestra perspectiva del enfoque no-reflexivo.
Claramente, la oposición que Miller establece entra una práctica centrada en el saber versus la satisfacción, es una reconstrucción realizada con el fin de acentuar la novedad de la nueva dirección que él ha estado proponiendo dentro del contexto lacaniano. Sin embargo, cabe preguntarse si Lacan realmente concibió la práctica analítica como un ejercicio ligado al conocimiento o al saber. ¿La desviación que Miller intenta rectificar es algo que se deriva de la obra de Lacan, o de sus seguidores?
Es bien difícil pensar que este error provenga de Lacan porque, como he demostrado en otras partes, el punto de partida de su reformulación del psicoanálisis fue precisamente la crítica a un tipo de técnica centrada en el desarrollo de un conocimiento reflexivo acerca de sí mismo. Este tema, que él recibió de la filosofía, como una crítica a la conciencia reflexiva o la conciencia de sí, y que replanteó como un cuestionamiento a la subjetividad, es el hilo conductor que atraviesa desde el principio hasta el final de su enseñanza.
Pero si esto es así ¿cómo es posible que se haya llegado entonces a esta tergiversación? ¿Cómo se ha llegado a entender la técnica lacaniana como un ejercicio vinculado al saber? El problema parece provenir del concepto lacaniano del sujeto supuesto al saber, que se ha prestado para muchas confusiones. Luego de proponer esta noción, el mismo Lacan tuvo que lidiar en distintos momentos con los equívocos que este concepto ya en esta época despertaba en sus seguidores. En distintos pasajes de sus seminarios 12 y 17, él corrigió explícitamente a aquellos que pensaban que el analista debía ser aquel sujeto al cual se le debe suponer un saber. Este concepto no remitía a un sujeto en particular, encarnado por el analista o quien sea, sino al espacio analítico, o a lo que los kleinianos llaman como la situación analítica.
¿Si no se trata de un sujeto, consistiría entonces en un tipo de saber? No. Para entender esto hay que tener en cuenta que el concepto lacaniano de sujeto supuesto saber proviene del concepto hegeliano del saber absoluto, que no alude ni a un sujeto ni a tampoco a un saber en particular. Como he demostrado en otro lugar, para Hegel, el saber absoluto era sólo una figuración, una última figura de la conciencia, por medio de la que él representaba la máxima forma de reflexividad, que se alcanzaría al final del recorrido de su Sistema. Jugando con esta idea, Kojève señalaba en sus cursos que Hegel habría ese sujeto que habría llegado al logro de un saber total. Sin embargo, como gran parte de los elementos de su filosofía, no hay que entender esto en un sentido literal. En término de historia de las ideas, el tema aquí no era si ésta o aquella persona habría llegado a un saber total, sino el cuestionamiento al método reflexivo, al giro de la conciencia sobre sí misma. Todo esto era algo conocido por Lacan, quien luego de su propuesta del concepto del sujeto supuesto al saber realizó un seminario titulado como El Acto psicoanalítico (1967-1968), donde abordaba precisamente estos asuntos.
¿Cómo es que estas ideas se han podido tergiversar hasta llegar a creer que Lacan proponía un tipo de técnica vinculada a la adquisición de un saber? Por un lado, parece haber un tema de desconocimiento de la historia de los conceptos filosóficos retomados y reformulados por Lacan. Sin embargo, más importante que esto, parece ser el hecho de que la teoría lacaniana se ha desarrollado desde siempre en un contexto excesivamente intelectual. Sólo algo como esto explica el hecho de que, la crítica lacaniana a la conciencia de sí y la reflexión, haya sido entendida como la promoción de una práctica ligada al saber.
Referencias:
Hegel, G. (2003). Fenomenología del Espíritu. (W. Roces, Trad.). México: FCE
Kojève, A. (2013). Introducción a la lectura de Hegel. (A. Martos, Trad.). Madrid: Trotta
Lacan, J. (1964-1965). El seminario. Libro 12: Problemas cruciales para el psicoanálisis. Inédito. Versión para circulación interna de EFBA. (R. E. Rodríguez, Trad.) Bs. Aires
Lacan, J. (1967-1968). El seminario. Libro 15: El acto psicoanalítico. Inédito. Versión para circulación interna de EFBA. (R. E. Rodríguez, Trad.) Bs. Aires
Lacan, J. (2006e). El seminario. Libro 17: El reverso del psicoanálisis. (E. Berenguer & Bassols, M. Trad.). Bs. Aires: Paidós
Miller, J.A. (2011). Sutilezas Analíticas. Curso de 2008-2009. (S. Baudini, Trad.). Bs. Aires: Paidós
Miller, J.A. (2013). El ultimísimo Lacan. (S. Verley, Trad.). Bs Aires: Paidós